En la rutina del mantenimiento del hogar existe un aspecto que a menudo pasamos por alto, pero que resulta esencial para nuestra salud: el lavado de las sábanas. Esta práctica, que podría pasar desapercibida, es fundamental para nuestra salud e higiene personal.
¿Cada cuánto tiempo hay que lavar las sábanas?
En cada ciclo de sueño, compartimos nuestro espacio con una comunidad invisible de células muertas, ácaros del polvo y otros invitados no deseados, que pueden desencadenar problemas cutáneos, alergias e incluso dificultades respiratorias.
La doctora Lisa Ackerley y el microbiólogo Philip Tierno, referentes en el campo de la microbiología, coinciden en una recomendación clave: cambiar y lavar las sábanas al menos una vez por semana, de acuerdo a un artículo de El Confidencial.
Según los especialistas, este tiempo debe ajustarse en situaciones específicas, como:
- Exceso de sudoración nocturna
- Presencia de mascotas en la cama
- Convivencia con enfermedades infecciosas
Sin embargo, la importancia radica en la frecuencia y también en el método empleado para llevar a cabo esta tarea. La temperatura del lavado juega un papel crucial en la eliminación de bacterias y microorganismos.
- Los estudios muestran que un lavado a 30 °C solo logra eliminar un 6% de estos elementos.
- Mientras que un programa a 60 °C resulta considerablemente más efectivo.
- Además, es fundamental no pasar por alto el cuidado de almohadas y acolchados que, aunque requieren una atención menos frecuente, también son propensos a la acumulación de ácaros y alérgenos.
Los mejores métodos para un lavado adecuado de las sábanas
En la rutina diaria del hogar, el cuidado de las sábanas a menudo se pasa por alto, pero su importancia para nuestra salud y bienestar es innegable.
Además de la frecuencia con la que se cambian, los métodos de lavado juegan un papel crucial en la eliminación de gérmenes y microorganismos que pueden afectar nuestra calidad de sueño y nuestra salud.
- Programas de lavado apropiados: como mencionan los expertos, es preferible optar por programas de lavado a altas temperaturas, preferiblemente por encima de los 60°C. Son fundamentales para eliminar eficazmente los gérmenes, bacterias y ácaros que puedan acumularse en las sábanas. Esto asegura un descanso más higiénico y reduce el riesgo de enfermedades relacionadas con la falta de higiene en el dormitorio.
- Evitar sobrecargar la lavarropa: al sobrecargar el lavarropa, se dificulta el movimiento adecuado de las sábanas durante el ciclo de lavado, lo que puede resultar en una limpieza incompleta y un mayor desgaste de las prendas. Distribuir equitativamente las sábanas dentro del lavarropa garantiza una limpieza óptima y prolonga la vida útil de las mismas.
- Cuidado de todos los componentes de la cama: es esencial prestar atención a la limpieza de otros elementos de la cama, como almohadas, fundas y colchones. Estos también pueden acumular suciedad, ácaros y alérgenos que afectan la calidad del sueño y la salud en general. Emplear métodos de limpieza adecuados para cada componente asegura un entorno de descanso completamente higiénico y confortable.
3 consejos adicionales para un dormitorio sin bacterias ni ácaros
Más allá del lavado regular de las sábanas, existen otras medidas que podemos tomar para garantizar un entorno de descanso óptimo y libre de agentes nocivos. Aquí te dejamos algunos consejos adicionales:
- Ventilación adecuada: asegurate de ventilar el dormitorio diariamente para renovar el aire y reducir la humedad, lo que ayuda a prevenir la proliferación de ácaros y moho.
- Limpieza periódica del colchón: aspirá el colchón cada cierto tiempo para eliminar el polvo y los ácaros que puedan acumularse en su superficie.
- Uso de fundas protectoras: cubrí el colchón y las almohadas con fundas protectoras impermeables y transpirables para evitar la acumulación de alérgenos y proteger los componentes de la cama.
Fuente: El Cronista