Día del Escritor

El historiador José de Guardia de Ponté, compartió unas emotivas palabras, en el marco de la celebración del día del escritor.

ESCRIBIR… A PROPÓSITO DEL DÍA DEL ESCRITOR

Cuando niño escribía para mi madre

me complacía complacerla, escribirla

y ella me leía como quien lee su sangre.

Luego seguí escribiendo como salvavidas

los dolores del crecer, costos de entender

la desilusión, la soledad y sus heridas.

Luego llegó el gran amor desmesurado

y la pluma a borbotones se movió frenética

convulsa, escritos eternos y apasionados.

Aquel primer amor que desgarró la página

papel que se escribe con la misma sangre

que labró la herida surcada por las lágrimas.

Y luego el tiempo fue templando la pluma

Angostando la tinta, retorciendo el drama

Aquel mismo tiempo que todo lo cura.

Pero con ello llego aquel amor sereno

con el cual despertamos las madrugadas

Y los escritos se elevaron, parafernalias.

Pero la calma no está hecha para poetas

Ya claman las luces de la noche larga

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y sale la musa envuelta en llamas.

Nada detiene a la pasión descalza,

nadie pretende descolgar las ganas,

pétalos de sombras y de comparsas.

La vejez se cierne sobre la montaña

y el poeta teme desterrar el alma

perderla en el trino de cualquier mañana.

Hoy escribo a aquel niño

que escribía a su madre

porque entiendo que era

lo que siempre buscaba

un trozo de vida

una pequeña hazaña

una caricia siquiera

de la mujer amada

un rayo de sol

una caliente cama

un beso en el alma

y una nada.

Por José de Guardia de Ponté

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