Observan que los chicos con sobrepeso duplican o triplican la suba de peso habitual. Advierten que la situación que había antes de la pandemia se potenció desde el año pasado.
Sospechan que los síntomas de diabetes y de otras enfermedades aparecerán cada vez más temprano. Javier Corbalán
«Estremecedor» es el término que utilizó un especialista para referirse al escenario de notable aumento de peso que ven los últimos tiempos en niños y niñas salteñas en el Hospital Público Materno Infantil (HPMI).
Desde el nosocomio señalaron que esta situación, que se percibía desde antes de la pandemia, se potenció tras las medidas de aislamiento.
Comentaron que el último año los niños que ya tenían obesidad aumentaron mucho más de peso con respecto a años anteriores.
Mencionaron que la situación que describen es lo que ven en este centro sanitario, lo que no representa necesariamente lo que sucede en otros lugares de la provincia.
El jefe del área de soporte nutricional del HPMI, Ernesto Quinteros, mencionó que «el número de pacientes con obesidad ha aumentado muchísimo los últimos tiempos». Señaló que un estudio que hicieron en 2019 ya daba cuenta de un incremento, y que este será el punto de comparación con lo que se ve ahora.
El pediatra, especialista en nutrición infantil, observó que los niños con obesidad duplican o triplican la suba de peso habitual: mientras antes aumentaban de 3 a 4 kilos por año, ahora lo hacen de 9 a 12 kilos por año.
“No estamos acostumbra- dos a comer verduras. Hay que buscar cómo prepararlas para que sean saludables y más ricas”.
Quinteros mencionó que una de las causas más importantes del aumento de obesidad en niños es el sedentarismo, por la falta de actividad física, potenciada por la pandemia y el aislamiento. A esto se sumó el consumo de alimentos ultraprocesados y de hidratos de carbono más económicos y de menor calidad nutricional, en un contexto de crisis económica en el que los ingresos de muchísimas familias se vieron afectados.
El médico evaluó que es posible que los próximos años se adelante la edad de inicio de diabetes y de síndrome metabólico.
El síndrome metabólico es un conjunto de síntomas, como aumento de presión arterial, aumento de circunferencia abdominal, niveles anormales de triglicéridos, entre otros, que representan un estadio previo a las enfermedades crónicas no transmisibles.
En la actualidad se empieza a diagnosticar a pacientes con síndrome metabólico a los 10 años de edad. «Es probable que empecemos a ver mucho antes diabetes tipo 2 y complicaciones asociadas a ella», evaluó el pediatra.
Quinteros recomendó que los chicos sean controlados por los médicos de cabecera en los centros de salud y aconsejó que se refuerce un estilo de vida saludable, con alimentación saludable, actividad física y disminución de la pantalla no educativa a menos de dos horas diarias.
El médico explicó que es importante que la familia cambie los hábitos y empiece a realizar actividad física, a no darles el celular o la tablet a los niños y a estimular el juego.
Alimentos saludables
Como es difícil el acceso a alimentos saludables en algunas zonas de Salta, Quinteros recomendó buscar opciones, como algunas frutas y verduras de estación, que son más baratas, y aprovechar las verduras al cocinar: «No estamos acostumbrados a comer verduras y hay que buscar estrategias para prepararlas de manera distinta para que sean saludables y más ricas».
Explicó que se puede comer menos arroz y combinarlo con verduras. «No es solo la caloría de los alimentos lo que importa, sino también los nutrientes». Aclaró que «no se trata de hacer dieta, sino de comer saludablemente siempre, para toda la vida».
El médico mencionó que se pueden revertir hasta cierto punto la obesidad y el sobrepeso, pero que esto demanda un cambio de estilo de vida que dura toda la vida: «Hay que cambiar el estilo de vida y la mentalidad. El cambio lleva mucho tiempo y permite mejorar la salud».
Saber lo que comemos
Quinteros consideró que es «muy importante la ley de etiquetado», que espera la sanción de la Cámara de Diputados de la Nación, ya que «muchos productos parecen saludables y no lo son».
«La gente, cuando lee que un producto es reducido en azúcares o reducido en valor glucídico, cree que come menos calorías, cuando en verdad muchas veces reemplazan el azúcar por grasa saturada», observó.
El pediatra expresó que el etiquetado frontal de los alimentos es fundamental: «Uno debe saber lo que elige y lo que consume. Muchos productos son promovidos como «diet’ o «light’ y no siempre son recomendables».
(Fuente: El Tribuno)