Carina Salas, licenciada en Psicología y profesional en CePsi Centro de Psicoterapias, recomendó el establecimiento de nuevas rutinas.
“Los padres o adultos responsables deberán estar alerta”, expresó Salas, que agregó que no hay recetas idénticas para todos, porque cada familia es diferente. “Pero todas harán lo mejor posible, en esta realidad que genera cambios profundos en la vida cotidiana”, detalló.
La psicóloga destacó que todas las familias ven transformadas sus rutinas, cuando ya se había logrado recuperar de distintas formas la escuela, ya sea con asistencia de semana de por medio, o cada tres días, lo que permitía, como una concreción de la idea de que “todo vuelve a una nueva normalidad”, pero frente a esta nueva situación, las familias ven transformadas las rutinas y llegan nuevas preocupaciones.
“Entonces queda marcado el cómo conectarse con la tecnología nuevamente y advertir la distribución de las cargas en cuanto a la educación, las tares en el hogar y el rol de los miembros de la familia”, advierte Salas.
Construir nuevas rutinas
El paso fundamental para mantener a los chicos en un equilibrio emocional, es marcar que “no todos los días son iguales”. “No es lo mismo un domingo que un miércoles y en este proceso es fundamental construir nuevas rutinas”, expresó Carina Salas.
“Dar reaseguro a los chicos, sobretodo los más pequeños. Qué tengan un concepto de previsión, qué sepan quién los cuida, qué es lo que van a hacer, y esto resulta muy tranquilizador”, recomendó la psicóloga.
Salas advierte que no hay una rutina ideal, porque cada familia construirá la suya en función de su demanda y su realidad.
La profesional destacó que los encuentros sociales son muy importantes para los chicos, porque enriquece su autonomía y les permite crear su personalidad, pero esta nueva realidad nos lleva a crear nuevos recursos
Otro punto a tener en consideración, y Salas advierte que la experiencia del año pasado debe servir para esta nueva circunstancia, es el pensar la sobrecarga de los adultos. Los adultos cuidadores tendrán nuevamente que lidiar con múltiples situaciones: la falta de trabajo, la responsabilidad de ser proveedores, las cargas emocionales de los niños, y más aún si se tiene la responsabilidad del cuidado de un adulto mayor.
“Esto puede generar un nivel de estrés en los adultos, que va a provocar mal estar en los más vulnerables de la casa y eso debe advertirse y buscar la forma de evitarlo”, expresó que la profesional que recomendó – ante la experiencia vivida en 2020, que sé logre concretar la división de las tareas de responsabilidad, que las tareas sean compartidas.
Muchas de las responsabilidades que tenían otras personas, fuera de casa, ahora quedan en una sola persona, “que por lo general son las mujeres las que se encargan de las tareas de cuidado y domésticas”.
“Lo mejor es reflexionar entre todos y distribuir las tareas de cuidado equitativamente entre los adultos de la casa, para crear realidades más justas”, analizó Carina Salas.
Tips que se pueden aplicar
– Todas las familias son diversas y se requiere de corresponsabilidades entre todos.
– Hay demandas muy intensas, como la de ser proveedores en una situación económica difícil y es necesario considerar los recursos para acompañar a los chicos en este período.
– En lo posible, los adultos responsables deberán desarrollar espacios creativos para afrontar el día a día.
– Con los adolescentes hay que tener cuidado con el tiempo que estarán expuestos a las pantallas y no olvidar reforzar los derechos y cuidado de los niños frente a esta tecnología. (Fuente: El Tribuno)