Con rigurosa documentación, la ex senadora nacional Sonia Escudero demuestra en su libro la discriminación ejercida por el Poder Judicial, basada en el clasismo y racismo, dependiente del gobierno de turno y el poder conservador. Los casos de Cintia Fernández, las turistas francesas, Lujan y Yanina. Crítica a la “limitada” reforma constitucional impulsada por el gobernador Gustavo Sáenz.
(Imagen de portada: TURISTAS FRANCESAS: Cassandre Bouvier (Der.) y Houria Moumni, violadas y asesinadas en San Lorenzo)
La salteña Sonia Escudero es abogada y fue senadora nacional por la provincia de Salta desde 2001 hasta 2013. El jueves 18 de marzo presentó su obra “Víctimas de la justicia patriarcal”. escrito “con dolor pero con esperanza”.
¿A que llama justicia patriarcal?
Justicia patriarcal es aquella en la que las diferencias biológicas sustentan diferencias de jerarquías; un sistema donde se considera al hombre superior y con condiciones para el mando, ocupando lugares de preeminencia, y la mujer lugares subalternos. Esta ideología patriarcal, conservadora, se expresa en la justicia, la ha permeado. Y en donde debiera haber administración de Justicia, se realiza violencia de género, se protege al poderoso, al femicida, y se revictimiza a la víctima. Se busca culpabilizar a los perejiles, se deja de lado a los sectores vulnerables que no tienen las herramientas para defenderse frente al poder.
¿Esto significa que cuando hay injusticia se debe a una cuestión de género o de poder?
La Justicia es responsable de la injusticia y la violencia de género. Hay que hablar de las reglas, de como se promueven y designan a los jueces. Estas reglas han hecho que el Poder Judicial sea una corporación en donde priman la endogamia y las relaciones de parentesco y amiguismos; impidiendo la justicia igualitaria. Entonces se hace necesaria la reforma judicial, una reforma constitucional integral, completa.
¿La reforma impulsada por el gobernador Gustavo Sáenz no garantiza lo que usted demanda?
El problema de la reforma solicitada por el Ejecutivo sólo se limita al tiempo de duración de los gobernantes y los jueces. En este caso, lo que se está haciendo es darles a estos una duración vitalicia, consolidando el poder tradicional. Una justicia patriarcal para el próximo cuarto de siglo.
¿Entonces no hay división de poderes en Salta?
No, no la tenemos. Tenemos que revisar todo, el estado de la democracia, el régimen electoral, el cual es decimonónico. Con éste sistema electoral no se representa a la ciudadanía. Esto se observa en la Cámara de Diputados, en donde no existe representación ciudadana real ni pluralidad. En el Senado (de Salta) es peor, de 23 senadores, solo hay una senadora. Pero al gobernador esto no le pareció importante para la reforma que propuso.
Elegir jueces
¿Propone la elección popular de jueces?
Hay que democratizar la Justicia, y para esto hay que democratizar dos instituciones: el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento. Estas dos instituciones están presididas por la Corte de Salta. Y esto es endogamia. Necesitamos incorporar a los ciudadanos, a las organizaciones sociales, incluir el juicio por jurados, la elección por parte de abogados, que la sociedad pueda juzgar a los jueces. Todo esto, de mínima; pero no se encuentra en el pedido de reforma del gobernador.
¿Dice usted que con el argumento de limitar los mandatos de los gobernantes, como si fuera un Caballo de Troya, se introduce la permanencia de jueces para garantizar impunidad?
Con el sistema electoral actual, en donde el gobernador suma poder con las legislaturas a su favor, es fácil ser reelegido. Hay que reformar toda la Constitución, no esta reforma express. Tiene que ser abierta a la ciudadanía, ampliamente debatida, con total participación, con total consenso; que ningún partido político tenga mayoría. Así como está, es algo muy superficial. Y lo peor es que blinda, asegura la justicia patriarcal. Y así, las personas vulnerables seguirán sufriendo, las mujeres sin justicia, la sociedad involucionando y con menos desarrollo.
Víctima también
Usted investigó tres casos emblemáticos: Cintia Fernández, las turistas francesas, y Lujan y Yanina. ¿No sería importante alguna autocrítica?
Sin dudas. Investigué la injusta condena de Santos Vera por el crimen de las francesas. En el juicio oral no se comprobó su autoría. Salieron a luz las irregularidades permitidas por el juez Martín Pérez que actuó con cobardía admitiendo como pruebas los delitos cometidos por los policías, y que fue ascendido por el Consejo de la Magistratura. Dos años después (desde 2014), Santos Clemente Vera fue condenado por el Tribunal de Impugnación, en un proceso arbitrario, sin darle la posibilidad de defensa. De este modo se aniquilaron todas las garantías constitucionales. Así, nadie pueda vivir seguro en Salta. Y la Corte avaló todo. Vera también es víctima de la justicia patriarcal, pergeñada por el poder político. No se quería que se siga investigando. (Fuente: Norte Social)