Vuelos de la muerte: Realizarán peritajes en aviones desde los que habrían arrojado prisioneros

La causa por los vuelos de la muerte en Campo de Mayo avanzó la semana pasada con una medida clave: la inspección ocular en la que jueces, fiscales, querellantes, testigos y familiares de las víctimas pudieron ver tres aviones Fiat G-222 y un Twin Otter de los que se usaron durante el terrorismo de Estado, abandonados en el Batallón 601 del Ejército Argentino. Luego de eso hubo otro paso importante: El Tribunal Oral Federal 2 de San Martín, a cargo del juicio de lesa humanidad en esa causa, dictó una medida cautelar para preservar pruebas que podrían encontrarse en aviones inutilizados que se encuentran ese predio militar. Y además le solicitó al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) que realice pericias en el predio. El lunes el juicio tendrá su penúltima audiencia del año, antes del comienzo de la feria de verano.

«Son aviones que hace mucho tiempo que están ahí y que podrían tener elementos que serían útiles para la causa», explicó Mercedes Soiza Reilly, integrante de la Fiscalía General que interviene en este juicio y que encabeza Marcelo García Berro.

Tras la inspección ocular que se llevó a cabo y a pedido de la Fiscalía, el Tribunal ordenó que se preserve también un sector de la cabecera de la pista, para realizar excavaciones en busca de jeringas y ampollas de Ketalar, la droga que usaba el Ejército para adormecer a los secuestrados antes de arrojarlos al río o al mar. En las próximas preicias en ese lugar intervendrá el Equipo de Antropología Forense, en busca de elementos de prueba.

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Los testimonios de los conscriptos que hicieron el servicio militar en esa guarnición del Ejército durante el juicio dan cuenta, entre otras cosas, del procedimiento para adormecer a los prisioneros antes de los «traslados». Uno de ellos, de hecho, acompañó la inpsección ocular e identificó el lugar en el que, en 1976, le ordenaron que levantase cientos de ampollas que tiraban los médicos militares.

Chatarra

En 2012, durante la instrucción de esta causa, se descubrieron estos aviones aviones en el predio militar. El Ejército informó entonces que se venderían a Italia como chatarra, decisión que entonces se frenó con una cautelar.

El año pasado la existencia de los aviones, que aún seguían en Campo de Mayo, fue testimoniada también en la declaración de Marcelo Castillo, integrante del EAAF, que lo contó en una de las audiencias del juicio.

La Fiscalía solicitó también las planillas de registro de los vuelos que salieron de Campo de Mayo, algo que Soiza Reilly hizo en la causa ESMA III, en la cual se investigaron delitos similares.

«Los Fiat son aviones que se utilizaban para hacer prácticas de paracaidismo; los Twin Otter son naves que se podían abrir en vuelo y se pudieron utilizar para lo que estamos investigando», apuntó.

El foógrafo Gustavo Molfino, militante y familiar de desaparecidos, acompañó la inspección ocular y tomó imágenes de estos aviones, como la que acompaña esta nota. 

Preservar pruebas 

El TOF 2 de San Martín, presidido por el juez Walter Venditti, le solicitó al jefe del Ejército, general de brigada Agustín Cejas, que «se adopten medidas necesarias para que no se modifique el estado actual ni la situación jurídica de los aviones: Twin Otter matrícula AE-106 y Fiat G-222 matrículas AE-260, AE261 y AE-262; sin perjuicio de los derechos que pudieren haber adquirido terceros», según la cédula de notificación.

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«Dada la indicación in situ realizada por el testigo Escobar Fernández, es procedente como prueba sobreviniente disponer la excavación del ángulo de tierra y vegetación baja ubicado en la cabecera norte de la pista de despegue y aterrizaje con un alcance de 50 metros desde el vértice en la búsqueda de ampollas y todo otro deshecho de material medicinal descartable», indicó la resolución judicial.

El tribunal juzga a parte de la cadena de mandos del Batallón de Aviación 601, responsable de desaparecer a miles de víctimas que pasaron por el mayor centro de exterminio del país. Al múltiple condenado Santiago Riveros, quien fue jefe de Institutos Militares, a los aviadores Luis del Valle Arce, Delsis Malacalza (segundo jefe de ese batallón y piloto de uno de los Fiat, único imputado que participó de la inspección ocular)  Eduardo Lance y Alberto Conditi, que integraban diferentes áreas del batallón de Aviación 601 del Ejército que funcionaba en la guarnición militar.

El juicio comenzó el 5 de octubre y las audiencias se realizan de forma virtual. El próximo lunes será la penúltima audiencia del año. (Fuente: Página 12)

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