La Constitución de la Provincia de Salta, en su artículo 13 garantiza la igualdad del hombre y de la mujer y el ejercicio pleno de sus derechos económicos, culturales, sociales y políticos. Además por ley se le asegura la mitad de las bancas legislativas. Los pactos internacionales incorporados a la Constitución Nacional otorgan la misma garantía. ¿Por qué entonces tenemos un Senado integrado por veintidós hombres y una sola mujer? ¿Por qué menos de la tercera parte de los diputados son mujeres? ¿Por qué nunca una mujer presidió el Senado, ni Diputados, ni la Corte de Justicia? ¿Por qué nunca fue gobernadora ni vice? Por primera vez en la historia del Municipio Capital una mujer es intendenta. ¿Por qué la Auditoría está integrada solamente por hombres? ¿Por qué en la composición anterior de la Cámara de Diputados de la Nación sus integrantes por Salta eran solo hombres? ¿Por qué en 1983, en otras elecciones y en la de 2019, en el Senado solo fueron elegidos hombres? ¿Por qué en doce departamentos nunca fue elegida senadora una mujer?
Es probable que tanto en los hombres, como en muchas mujeres, todavía exista la noción del patriarcado, como manifestación de la superioridad del hombre. Pero esa superioridad es ficticia. En la UNSa se reciben tres mujeres cada dos hombres. En la mayoría de las escuelas y colegios la bandera argentina la porta una mujer. Las mujeres manejan mejor la economía hogareña, crían mejor a sus hijos y en un gran número de casos trabajan fuera de sus casas, regresan y siguen trabajando. Y muchas, muchas, además son activas militantes políticas, militancia que no se refleja ni en los cargos legislativos nacionales, provinciales o municipales, ni en las estructuras administrativas.
El mundo soporta un terrible problema de salud global. Una pandemia sumamente contagiosa, que nos obliga a dejar de trabajar, disminuir el consumo, encerrarnos y enfrentar el desafío de vencer el corona virus y luego combatir la inflación creciente, la desocupación, el incremento de la pobreza y de la indigencia y reiniciar el ciclo productivo.
Comparemos Francia, Italia, España, Brasil y Estados Unidos con Nueva Zelandia, Taiwán. Noruega, Alemania, Finlandia, Islandia y Dinamarca. Estos siete últimos estados, gobernados por mujeres, tienen porcentualmente un número menor de enfermos y de fallecidos, una tasa mayor de recuperados y han puesto en marcha su aparato productivo rápidamente. Fueron muy ejecutivas y creativas. En algunos casos el medio para llegar a los mayores fueron los niños. En otros los influencers, es decir los que tienen cientos de miles de seguidores en las redes. En otros la tecnología que obligaba a los ciudadanos a cumplir con la normativa. Todas dijeron la verdad. Que el desafío del Covid 19 es más grave que una guerra. En especial Merkel, de Alemania, fue la que advirtió con crudeza la posibilidad de contagio al setenta por ciento de la población. Reitero: los países que han enfrentado con más éxito este combate sanitario, económico y sus consecuencias sociales, están dirigidos por mujeres. Y si las mujeres han demostrado mejores aptitudes de conducción a nivel mundial, es porque gobiernan mejor que los hombres. Es por consiguiente de suma necesidad dejar paso a las mujeres para superar esta crisis.
En Salta tenemos muchos problemas de debilidad institucional. El voto electrónico, falta de una justicia electoral independiente, sistema electoral que fomenta el clientelismo, falta de representación de las minorías, falta de igualdad del voto. Menos del diez por ciento de la población tiene doce senadores y el resto once. Falta de una Justicia independiente. Falta de controles y de información. Carencia de planificación estratégica, pero estimo que la falla principal es la exclusión de la mujer en los cargos de conducción y de ejecución política.
En el departamento capital, por la cantidad de representantes, tiene lugar la mujer y además tiene representación la minoría. Pero en el resto de los departamentos el sistema permite que solo haya diputados hombres. Tomemos por ejemplo el departamento Guemes. Tiene dos diputados, uno de los cuáles, de acuerdo a la normativa vigente debiera ser mujer. Pero como se eligen en forma separada, pues cada dos años cesa uno, en cada elección las listas son ocupadas por hombres en primer lugar y le corresponde a la mujer el segundo lugar o sea que es suplente. En los departamentos donde se elige un solo diputado, sistemáticamente le corresponde al hombre. Y donde se eligen dos o tres en cada elección, la mujer alcanza la banca cuando la lista ganadora obtiene una votación abrumadora, de modo que le correspondan dos diputados en esa elección.
No nos dejemos engañar. La reforma constitucional prevista intenta poner límites a los mandatos de los electos. Pero deja subsistentes los institutos que permiten superpoderes al Gobernador, que lo convierten de hecho, en un monarca constitucional. Muy especialmente, la mujer seguirá excluída con este proyecto. Fuente: FM Aries